Este restaurante está situado a veinte metros de la admirada catedral burgalesa, lo que significa estar en el corazón de la ciudad. Su especialidad es la cocina castellana y de sus fogones sale el mejor cordero lechal, además de otras especialidades como su rica olla podrida, sopa castellana servida en cazuela de barro, pescados del Cantábrico, cochinillo, chuletón de buey, lomos de merluza Don Nuño, brocheta de rape con langostinos y sus deliciosos postres caseros.
Dispone de 3 comedores con capacidad para 60, 45 y 52 comensales, muy bien decorados, con las paredes de piedra lo que le dan un aspecto señorial para acompañar su recomendable cocina. También cuenta con dos terrazas de verano con capacidad una para 80 y otra para 44 personas, donde podrá disfrutar de su consumición con unas vistas difíciles de igualar.
Su proximidad a la Catedral de Burgos, lo convierten en un lugar idóneo para visitantes, tanto individuales como en grupo, a los que les ofrece una amplia propuesta de menús.